Esta revisión resume la evidencia sobre cómo reconocer, evaluar y tratar a las personas con este trastorno.
  
Introducción:
El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por la presencia de 
obsesiones y/o compulsiones. Es el cuarto trastorno mental más frecuente
 luego de la depresión, el abuso de alcohol/sustancias y la fobia 
social, con una prevalencia de casos de 1.6% en la comunidad. La 
severidad del caso varía según la persona.
Generalmente los individuos son capaces de esconder sus síntomas, 
inclusive de su propia familia, pudiendo ésto causar problemas en 
las relaciones e interferir con la capacidad de estudiar o trabajar. 
También puede acarrear consecuencias para la salud.
El miedo a la contaminación puede impedir que los afectados concurran
 a centros médicos o debido a higiene excesiva pueden sufrir dermatitis.
Cuando el trastorno comienza en la infancia o en la adolescencia, 
puede impedir relacionarse con sus pares o imposibilitarlos para vivir 
independientemente.
La organización mundial de la salud rankea este trastorno en el 
puesto 10 de las condiciones más discapacitantes debido a que en los 
afectados disminuye la calidad de vida y bajan sus ingresos económicos.
 ¿Quiénes padecen este trastorno?
¿Quiénes padecen este trastorno?
Es una patología que se encuentra distribuida en todo el mundo pero los
 factores culturales pueden moldearla, (por ejemplo: las obsesiones religiosas son más comunes en algunas comunidades).
Afecta a ambos sexos por igual, pero las mujeres tienen mayor 
compulsión  por la limpieza o higiene y los hombres tienen mayores 
obsesiones sexuales, números mágicos o lentitud obsesiva.
La edad promedio del inicio de los síntomas es en  la 
adolescencia tardía para
 los hombres y alrededor de los 20 años en mujeres.  El trastorno 
obsesivo compulsivo puede presentarse en gente mayor, inclusive luego de
 una larga historia de enfermedad sin diagnóstico o con síntomas de 
reciente comienzo. Su prevalencia en la población es del 1%.
La prevalencia en niños y adolescentes puede ser del 0,25% entre los 5
 y 15 años. La misma prevalencia se encuentra en adultos. Las 
diferencias se observan según el momento de la vida que se esté 
atravesando (por ejemplo: más obsesiones religiosas en adolescentes que 
en niños y más miedos a la muerte de un padre en gente joven que en 
adultos).
Muy raramente los niños pueden desarrollar síntomas de repente, de curso
 episódico y con la presencia de tics motores, hiperactividad o 
movimientos coreiformes. Esto se asocia a varios agentes infecciosos y 
factores ambientales, como se ha demostrado enseries de casos de niños 
con trastorno obsesivo compulsivo.
 ¿Que son las obsesiones y las compulsiones?
Una obsesión
¿Que son las obsesiones y las compulsiones?
Una obsesión se define como un pensamiento intrusivo
 no deseado, duda, imagen o urgencia que en forma repetida ingresa a la 
mente.  Son angustiantes y egodistónicas (son repugnantes o no coinciden
 con los valores del paciente). El paciente se refiere a ellas como 
excesivas o irracionales y trata de resistirse. Una minoría de las obsesiones es definida como ideas sobrevaloradas o desilusiones.
Estos pensamientos no conciernen las preocupaciones diarias, lo que 
sí ocurre en el trastorno de ansiedad generalizada, ni se relacionan a 
defectos de la apariencia, lo que ocurre en los trastornos dismórficos. 
Tampoco se relacionan al temor a padecer una enfermedad, como sucede en 
las personas hipocondríacas.
Las compulsiones son conductas, actos o pensamientos repetitivos que una persona se siente obligada a realizar en respuesta a una obsesión. 
Son involuntarias y difíciles de evitar.
Pueden tomar la forma de acto que puede ser visto por otras personas 
(controlar si la puerta está bien cerrada varias veces) o una acción 
mental que no puede ser advertida por el resto (repetir una frase 
mentalmente). Estas últimas son más difíciles de resistir o controlar ya
 que pasan inadvertidas y son fáciles de realizar.  
(La tabla 1 muestra un listado con las obsesiones y compulsiones más comunes). 
La 
compulsión en el trastorno obsesivo compulsivo 
no es placentera, esto lo diferencia de los actos impulsivos como 
comprar compulsivamente, jugar, o las parafilias, todas asociadas a un 
grado de satisfacción.
Tabla 1
- El término "ritual" se utiliza aquí como sinónimo de compulsión y generalmente se relaciona a acciones motoras. 
 
- El termino "rumiación" se refiere a actos mentales repetitivos en respuesta a ideas intrusivas.
 
- El termino "puro O" a veces es utilizado por los pacientes para describir rumiaciones sin compulsiones observables.
Para establecer el 
diagnóstico de TOC las obsesiones y compulsiones deben consumir 
tiempo (por ejemplo: más de una hora diaria) o deben producir angustia o impedimento funcional
.
El acaparamiento es una compulsión dentro del TOC, 
actualmente se está planeando que el trastorno de acaparamiento sea un 
diagnóstico separado por el CIE 11 (clasificación internacional de las 
enfermedades - 11 edición). Consiste en la adquisición excesiva y en la 
dificultad para deshacerse de objetos, con o sin valor, lo cuál acarrea 
una gran angustia y discapacidad.
A pesar que los 
tics pueden confundirse con 
compulsiones, pueden diferenciarse de ellas por la sensación somática 
focalizada y desagradable que los precede, y el alivio posterior a su 
manifestación. Los tics motores varían desde movimientos abruptos 
simples a más complejos e inclusive comportamientos deliberados (como 
aplaudir o tocar un objeto). Los tics orales o fonéticos pueden abarcar 
una simple carraspera a vocalizaciones complejas durante el discurso.
El comportamiento de un individuo se considera una 
compulsión
 en lugar de un tic cuando se realiza una determinada cantidad de veces,
 o en un determinado orden, en un horario particular, en respuesta a una
 obsesión o está destinado a reducir ansiedad o prevenir daño.
 ¿Cómo se puede diagnosticar e identificar el trastorno obsesivo compulsivo?
¿Cómo se puede diagnosticar e identificar el trastorno obsesivo compulsivo?
Un simple 
screening a través de un cuestionario puede llevar 
pocos minutos e indicar la necesidad para derivar a un especialista. Las
 guías NICE sugieren las siguientes preguntas cuando los síntomas son 
significativos o interfieren con la vida de la persona:
- ¿Usted se higieniza demasiado?
 
- ¿Usted revisa las cosas mucho?
 
- ¿Tiene algún pensamiento que lo molesta y que le gustaría que desapareciera, pero no puede lograrlo?
 
- ¿Demora mucho tiempo en finalizar sus actividades diarias?
 
- ¿Coloca las cosas en un orden especial o se altera mucho ante el desorden?
 
- ¿Estas situaciones le generan problemas?
Si la persona responde que
 sí a una sola de las 
preguntas debe realizarse una entrevista diagnóstico formal. El 
diagnóstico de TOC utiliza los criterios de CIE 10,  que no varían 
demasiado del CIE 11.
Criterios diagnósticos CIE 10: Para trastorno obsesivo compulsivo
Para un diagnóstico definitivo de sintomas obsesivos, compulsiones o 
de ambos, deben estar presentes la mayoría de los días de dos semanas 
consecutivas y ser causa de estrés o interferencia con las actividades.
Los sintomas obsesivos deben tener las siguientes características:
1. Tanto las obsesiones como las compulsiones deben presentarse la mayoría de los días.
2. Las obsesiones (pensamientos intrusivos, 
imágenes, o dudas) que son repetitivas, persistentes, no deseadas, 
displacenteras y causan gran angustia en la mayoría de los pacientes.
3. Las compulsiones son comportamientos repetitivos o actos mentales que la persona siente que debe realizar.
4. Generalmente se realizan intentos para resistir la compulsión ( a pesar que la resistencia puede ser minima en algunos casos)
5. Exteriorizar o realizar un acto compulsivo no es placentero pero genera cierto alivio de la angustia.
Algunos síntomas son claramente observables o relatados por el 
paciente. Por ejemplo, cuando deben lavarse repetidamente las manos para
 evitar contaminación, chequear enchufes para prevenir incendios, evitar
 el daño de forma idiosincrática; utilizando simetría, orden o acciones 
repetidas relacionadas a un  número en especial.
Algunos pacientes no se dan cuenta de su enfermedad, otros se sienten demasiado avergonzados o estigmatizados para buscar ayuda.
Pueden acudir a la consulta con el dermatólogo con signos por la higiene
 excesiva, síntomas genitales o anales (por el lavado excesivo), estrés 
general (por ejemplo por perder un empleo a causa de reiteradas llegadas
 tarde) o dudas sobre tener HIV.
Otros temas pueden ser intrusiones sobre la sexualidad, blasfemias, 
moral, o errores. Es más difícil de diagnosticar cuando las compulsiones
 se cubren o son estigmatizantes. El observador puede notar que la 
persona se encuentra preocupada, ansiosa o tiene latencia de respuesta. 
No tienen la capacidad de ver que la persona afectada 
trata mentalmente de reemplazar los pensamientos sexuales
 inadecuados por los “seguros” o “correctos”, oraciones, o tratando de 
reasegurarse que aquella acción particular es segura.
Este trastorno también se oculta porque los pacientes creen que sus 
propios pensamientos intrusivos o las imágenes son demasiado 
avergonzantes. Pueden negarse a revelar el contenido de sus pensamientos
 intrusivos a un profesional de la salud, debido al miedo de ser 
malentendidos y reportados a servicios sociales.
Los médicos generalistas no tienen necesidad de conocer el contenido 
exacto de estos pensamientos y el solo hecho de asegurar al individuo 
con TOC que tener pensamientos sin sentido o considerados “malos” es 
extremadamente normal es suficiente para derivar al paciente a un 
especialista.
Los trabajadores sociales pueden presentar dudas y quejas sobre la 
peligrosidad de un individuo con TOC que tiene pensamientos sexuales o 
violentos. Cada caso debe ser evaluado en forma individual. No existen 
casos documentados de personas con TOC que actúen cumpliendo sus 
pensamientos. Es importante que en estos casos los médicos asesoren 
sobre los riesgos.
Una persona con TOC terminará con una compulsión cuando se sienta 
cómodo o "bien". A largo plazo este es un criterio que puede ser 
imposible de alcanzar o que puede tomar mucho tiempo. Es importante 
entender que el TOC no es un comportamiento sino 
la intención de daño de un comportamiento.
Así, el objetivo previsto de una obligación en el TOC es para 
verificar si existe una amenaza (por ejemplo, el ritual de re chequear) o
 para liberarse de una amenaza "deshaciéndola" (por ejemplo,  lavado 
compulsivo o reemplazar un pensamiento).
Evitar es una parte integral de este trastorno. Los 
ejemplos más comunes son: no tocar los asientos de los baños, las 
manijas de las puertas o canillas utilizadas por otros; esconder todos 
los objetos puntiagudos o los cuchillos. Un pensamiento intrusivo pueden
 ser imágenes no deseadas que muestran al paciente teniendo relaciones 
sexuales con un niño, debido a esto, se aseguran de no estar solos con 
un niño por el temor a ser pedófilo/a.
Otros síntomas asociados, además de la ansiedad son el disgusto ( 
especialmente en el TOC de contaminación), vergüenza (especialmente con 
pensamientos prohibidos) y sentimientos de sentirse incompleto.
El médico generalista debe evaluar hasta qué punto está involucrada 
la familia en el trastorno, las actitudes sobre el tratamiento y 
restricciones que pueden haberse establecido con algunos familiares, 
como por ejemplo: impedir el uso de un dormitorio, o el pedido de que se
 bañen y se cambien de ropa cuando llegan a la casa.
Frecuentemente el paciente se encuentra atrapado en mecanismos sin fin 
que buscan reasegurar si una actividad es segura o no. Los familiares 
pueden acomodarse a estos comportamientos, ser sobreprotectores,  
agresivos o indiferentes. Si no adhieren a sus compulsiones en algunos 
casos pueden mostrarse agresivos.
 ¿Cuál es la causa?
¿Cuál es la causa?
Existe una predisposición 
genética.  También influyen factores emocionales, físicos, abuso sexual o rechazo, aislamiento social, burlas o 
bullying.
Los factores
 psicológicos que mantienen este 
trastorno incluyen un pensamiento mágico sobreestimado, intolerancia a 
la incertidumbre, y una creencia en la capacidad de controlar los 
pensamientos intrusivos. 
Son factores estresores el embarazo y el postparto. Ejemplos de 
obsesiones postparto
 son las preocupaciones sobre causar daño o abuso al bebe o no ser lo 
suficientemente cuidadoso. (Por ejemplo, con la esterilización de 
mamaderas).
Las 
conductas evitativas más comunes  y las 
compulsiones son: esconder cuchillos, realizar en forma repetitiva 
conductas de reaseguro, verificar que el bebe respira mientras duerme.
Las compulsiones y las conductas evitativas actúan disminuyendo la 
ansiedad y el posible daño percibido en el  corto plazo (y por lo tanto 
se refuerza), pero esto se convierte en un círculo vicioso con 
consecuencias no deseadas en el largo plazo.
Menos frecuentemente los síntomas obsesivo-compulsivos pueden 
presentarse en adultos como consecuencia de enfermedades neurológicas 
como: tumores, corea de Sydenham, corea de Huntington, demencia 
frontotemporal o lesiones cerebrales.
Existe una rara forma de presentación en niños (desordenes 
neuropsiquiatricos autoinmunes asociados a infección por estreptococo o 
PANDAS). Se caracteriza por un rápido comienzo de síntomas fluctuantes 
de TOC o síntomas neuropsiquiatricos y esta mediado por anticuerpos 
autoinmunes en el ganglio basal luego de una infección estreptocóccica. 
No existen tests diagnósticos para esta forma.
Comorbilidades: ¿Qué otras patologías se asocian al TOC?
La comorbilidad más común es la 
depresión (presente 
en un tercio de los pacientes), abuso de alcohol (presente en un cuarto 
de los afectados), fobia social (en un tercio de los pacientes), fobias 
específicas, trastorno de ansiedad generalizada (en el 10%) y 
alteraciones en la percepción corporal (10%).
Es frecuente su presencia en personas que padecen esquizofrenia 
(10%), bipolaridad (10%), anorexia y bulimia (20%) y síndrome de 
Tourette (20%).
Por último son frecuentes los síntomas TOC en pacientes con trastorno
 del espectro autista, estos pacientes tienden a repetir, acaparar, 
tocar y tener conductas dañinas en mayor medida que los que no padecen 
el trastorno.
 ¿Qué tratamientos existen y  cuál es su eficacia?
¿Qué tratamientos existen y  cuál es su eficacia?
Varios estudios han mostrado que los pacientes pueden pasar hasta 
10 años luchando con la enfermedad sin lograr la ayuda adecuada. La 
vergüenza y la estigmatización es
 frecuente en las enfermedades mentales pero puede ser especialmente 
problemática en personas con TOC que tienen pensamientos sexuales o 
violentos. Además, son muy hábiles para esconder sus compulsiones y 
mantenerse funcionales.
Tratamiento psicológico:
Las guías NICE concluyen que la 
terapia cognitivo conductual que
 incluye “exposición y respuestas preventivas” es un tratamiento 
efectivo. El mensaje clave a los pacientes es que no es su culpa que 
desarrollen TOC y que es una enfermedad reconocida que tiene 
tratamiento.
Básicamente la terapia consiste en poner a prueba en forma repetida 
sus miedos y expectativas y aprender a tolerar la ansiedad sin realizar 
conductas de reaseguro y evitando las compulsiones. Este tratamiento 
puede realizarse en forma gradual y planificada. Una terapia cognitivo 
conductual de alta calidad  dará el sustrato adecuado en el marco de una
 relación empática y contenedora con el terapeuta.
Según estudios, el 
30% de los pacientes se niega al tratamiento, lo abandonan en forma temprana o no responden al mismo. 
50% de los pacientes conservan síntomas residuales.
Se supone que las personas que han padecido los síntomas durante 
mucho tiempo necesitan un tratamiento más largo, pero recientes meta 
análisis hallaron que la duración del tratamiento no se relaciona con 
los resultados.
No existe evidencia sobre la eficacia del psicoanálisis en estos 
pacientes. Existe evidencia insuficiente para el uso de otras terapias 
psicológicas, homeopatía e hipnosis.
Tratamiento farmacológico:
Existe evidencia que apoya el uso y los beneficios de los 
ISRS y de la 
Clomipramina a corto y largo plazo en la prevención de recaídas.
Los 
ISRS son los fármacos de 
primera línea debido
 a su mejor tolerancia. Su efecto es dosis dependiente, dosis más altas 
son más beneficiosas para el TOC que las dosis estándar utilizadas como 
tratamiento para la depresión.
Los estudios sobre el uso de ISRS a las dosis más altas toleradas 
duraron al menos 12 semanas. Su discontinuación en  ausencia de terapia 
cognitivo conductual tiene tasas más altas de recaídas.
En los pacientes que no responden a estos tratamientos, la terapia adyuvante con 
antipsicóticos a corto plazo no es efectiva y aumenta el riesgo de efectos adversos.
Un estudio reciente mostró que en pacientes resistentes al 
tratamiento con ISRS la terapia cognitivo conductual fue más efectiva 
que la risperidona o el placebo.
Diversos metaanálisis no hallaron beneficio en aumentar la dosis de 
quetiapina u olanzapina, un pequeño efecto con el aumento de risperidona
 y un moderado efecto con el aumento de la dosis de aripiprazol.
Existe evidencia sobre la aplicación reciente de lamotrigina, topiramato y acetilcisteína en casos refractarios.
Otros tratamientos:
En casos extremos y refractarios puede utilizarse la 
neurocirugía pero no se realizaron estudios controlados.
Actualmente se investiga la 
estimulación cerebral profunda como una alternativa a la cirugía. Una revisión sistemática de 
estimulación magnética transcraneana concluyó que no es efectiva para TOC.
No existe evidencia sobre el beneficio del uso de antibióticos para 
niños con PANDAS debido a que los anticuerpos son los culpables del 
trastorno, no la bacteria. En los casos más severos puede utilizarse 
plasmaféresis o terapia con inmunoglobulinas.
¿A dónde y cómo derivar?
Las guías NICE recomiendan como primer paso la derivación a 
terapia psicológica cognitivo conductual.
Si falla la terapia cognitivo conductual o el uso de ISRS (o su 
combinación) o el paciente presenta un cuadro más complejo con riesgo 
significativo y debe derivarse a atención secundaria.
Cada profesional debe evaluar al paciente y derivarlo al nivel que 
corresponda según la intensidad del cuadro, en algunos casos la 
derivación puede ser directa a un especialista.
Si la atención en el nivel secundario no es efectiva debe derivarse 
al paciente a un servicio externo que ponga énfasis en la exposición 
prolongada y activa con el terapista, incluyendo tratamientos en el 
hogar. Otra opción es la internación del paciente para realizar una 
terapia cognitivo conductual  más intensa.
EL TOC puede tener un curso crónico y fluctuante, por lo cual si la 
persona ya ha recibido tratamiento debe derivarse nuevamente con 
prioridad.
 Resumen:
Resumen:
- La OMS posiciona al trastorno obsesivo – compulsivo como uno de 
los 10 condiciones mas discapacitantes por perdida de ingresos 
económicos y disminución de la calidad de vida.
 
- El trastorno obsesivo –compulsivo ocurre en todas las edades pero mas frecuentemente en la juventud.
 
- La vergüenza es un impedimiento frecuente para que los pacientes con TOC busquen ayuda y demora el tratamiento efectivo.
 
- Los médicos no especialistas deben realizar cuestionarios de screening si sospechan este trastorno.
 
- El TOC tiene tratamiento, la primera opción para niños y adultos debe ser la terapia cognitivo conductual.
 
- Para el TOC moderado a severo en niños y adultos puede utilizarse ISRS.
*Resumen objetivo Dra. María Prats